Para ir de Koh Tao a Prachuap Khiri Khan aparte de un ferry necesitábamos decidir cómo movernos una vez estuviésemos de vuelta en la Tailandia continental.
Nuestra primera opción eral el tren, pero no llegábamos a tiempo y cómo parece que esa línea opera con muchos más trenes de noche que durante el día, tuvimos que descartarlo.
Miramos si había buses pero no encontramos nada, así que sólo teníamos la opción de ir en Van. Para el que no lo sepa, un Van es una furgoneta adaptada para hacer de minibus.
TÍPICA VAN PARA EL TRANSPORTE DE PASAJEROS |
Teníamos dos compañías, la primera costaba 600 Baht por pasajero y la segunda sólo 229 Baht. Cómo tardaban lo mismo y el ferry ya había sido bastante caro, nos decidimos por la segunda.
La teoría era que el Van saldría a las dos del mediodía de Chumphon y tres horas más tarde estaríamos a las afueras de Prachuap. Tras un par de vueltas buscando donde coger la dichosa furgoneta, una señora a lo lejos nos gritó "Prachuap" varias veces. Debía ser nuestra furgoneta, pensamos.
MÁXIMA SEGURIDAD A BORDO |
Como el viaje iba a ser largo y no habíamos comido, yo intenté decirle a la señora que iba a buscar algo para comer antes de salir, inmediatamente me cogió por banda y me llevó a una tienda a dos metros que parecía tener cómo dos dueños, pues la mujer me dijo que comprase en uno de ellos, que el otro no era bueno. Todo muy absurdo...y divertido, eso sí.
Salimos media hora antes de lo previsto (¿por qué?) e íbamos ocho pasajeros, aforo completo según nuestro ticket de internet. Aparte de la señora y el resto de tailandeses, nuestras dos mochilas, una enorme bolsa de piñas y dos cajas grandes de manzanas completaban la furgoneta. No incluyo entre los viajeros a un señor con el que la conductora se pasó al teléfono tres cuartos del viaje para poner a prueba nuestros nervios.
Llegamos a Prachuap cuatro horas más tarde, y poco retraso me pareció, ¡madre mía!
COSITAS BONITAS DE PRACHUAP |
Paramos en tropecientos sitios diferentes sin un sentido u orden aparente. Algunas veces a la conductora le daban un papel, otras veces ella entregaba otro, o las cajas de manzana y las piñas. Obviamente éramos los únicos europeos, y el viaje debió ser bastante común para los estándares tailandeses pero para nosotros fue toda una novedad. Al llegar la señora nos preguntó el nombre del hostal al que íbamos y tras verlo se puso a decir "friend, friend".
A esas alturas, tras haberla visto socializar con toda la provincia ni nos sorprendía que los conociese. Fuese cierto o no, nos dejó en la misma puerta de la Guesthouse. Le dimos muchas veces las gracias y se fue sin saludar al "friend".
El transporte en Tailandia nos confunde pero, ¡joe! también es divertido.