Las vacunas: mejor prevenir que curar





¡Vale, estamos casi listos para irnos de viaje, tenemos un buen seguro de viaje para asegurarnos de estar cubiertos en caso de que intentando surfear nos hagamos una herida y acabemos en el hospital de Koh Lipe!





¡Enfermería!
Cuando vuelas desde España (o desde Alemania), cómo era nuestro caso, la fiebre amarilla, por ejemplo, al no ser endémica de nuestra zona, nos la pudimos ahorrar, y otro par de enfermedades más, cómo la Hepatitis B y las que incluye la vacuna de la triple vírica (Sarampión, Paperas y Rubéola) las traíamos de serie, por así decirlo, pues el sistema sanitario español las practica a los niños durante la infancia, de modo que ya estábamos protegidos contra varias amenazas, pero aún quedaban algunas pendientes.

Lo primero de todo, antes de empezar, estos días nos han mostrado las diferencias entre dos sistemas públicos de salud diferentes, y ha sido interesante aprender un poco más de cómo funcionan ambos.
Ambos fuimos a médicos en España, pero Mireia además visitó el centro internacional de vacunas, donde recibió ciertas indicaciones.





TÉTANOS


Sobre el Tétanos, ambos estamos vacunados desde niños, pero a Horacio por ejemplo, su médica en España le recomendó ponerse un recuerdo, y así lo hizo, mientras que a Mireia una enfermera, también en España, le dijo que no era necesario, que con las que tenía de la niñez estaba suficientemente protegida y sólo sería necesario un recordatorio en caso de accidente.



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Aparte de estas vacunas, vimos que íbamos a necesitar las de la Hepatitis A y las de la Fiebre Tifoidea (Tifus), de modo que consultamos con nuestros respectivos médicos en España y Alemania y conseguimos las vacunas.



FIEBRE TIFOIDEA


Horacio tomó tres píldoras (Typhoral L), tomadas en los días 1-3-5 del tratamiento y así estar protegido durante al menos cinco años mientras que Mireia recibió directamente una inyección  (Typhim VI) y los efectos secundarios en ambos caso han sido inexistentes, así que genial, porque estamos hablando de una enfermedad que sin tratamiento es mortal en un 30% de los casos.



HEPATITIS A


Mireia se puso la vacuna en España y Horacio en Alemania (en ambos casos VaQta 50), y de nuevo, sin ningún síntoma de efecto secundario, estamos ya bastante protegidos de este virus, y sólo necesitaríamos otra vacuna, de recuerdo, dentro de seis meses para completar el tratamiento.


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Las dos enfermedades que más quebraderos de cabeza nos han dado han sido la Malaria y la Rabia.




Para la primera de ellas, la Malaria aún no hay vacuna, y tras informarnos a través de nuestros médicos y de experiencias de otros viajeros nos llegamos a la conclusión que los tratamientos profilácticos pueden ser bastante molestos, de modo que decidimos no iniciarlos, pero esto ya es opinión personal que cada uno debería acordar con su médico. Para nosotros estos problemas que podían surgir junto a tener que estar tomando una pastilla semanal durante todo el viaje nos convencieron.




Así que necesitaremos estar alerta ante los mosquitos, evitar zonas anegadas y esperar no tener mala suerte...



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Respecto a la Rabia, aunque si existe vacuna, vimos que ya se nos había hecho un poco tarde para empezar con el tratamiento y que además los posibles efectos secundarios también eran bastante molestos, así que nos hemos decidido por no ponérnosla y simplemente si recibimos alguna mordedura animal durante el viaje, iremos de cabeza al hospital para recibirla y prevenir posibles complicaciones.





La receta que le dieron a Horacio para las vacunas de la Fiebre Tifoidea
y también la de la Hepatitis A, que no encontró y acabó recurriendo a otra, 
la misma que la de Mireia.



Tras este recuerdo casi indoloro por un puñado de vacunas nos sentimos un poco más preparados para empezar a recorrer el sudeste asiático.







horacio almenara

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